Información cedida por Sunshine Rats.
Foto cedida por EmillyRatties
Las ratas son animales muy sociales, al igual que los seres humanos. Es importante para su bienestar emocional para que tengan al menos un acompañante ratuno que viva con ellos. Hay algunas cosas que un compañero humano simplemente no puede proporcionar, como un cuerpo caliente para acurrucarse cuando están durmiendo, el aseo mutuo, y compañía durante la noche que es cuando las ratas son más activas.
Aunque la mayoría de las ratas disfruta de la compañía humana, realmente no es un sustituto para que no tengan un compañero de su propia especie. Si usted cree que es la única compañía que su rata necesita, imagine cómo se sentiría si la única compañía que tuviese fuese su rata. A pesar de que ella sería un amigo leal, echaría de menos el contacto con otros seres humanos.
Hay excepciones. A veces hay machos con una producción excesiva de testosterona y no toleran ratas nuevas y algunas veces incluso rechazan a las ratas que viven ya en su grupo. Las ratas que son demasiado dominantes pueden castrarse. Esto detiene la producción de testosterona y, siempre que el comportamiento es resultado del exceso de testosterona, termina el comportamiento dominante. A veces, las ratas que no han sido socializados con otras ratas, o han tenido experiencias que los hacen muy nerviosos o defensivos, no se llevan bien con las otras ratas. Sin embargo, con tiempo y paciencia a menudo es posible su integración en un grupo.
Las ratas seguirán ligados de la misma manera al ser humano esten solo o con otras ratas.
Aunque la mayoría de las ratas disfruta de la compañía humana, realmente no es un sustituto para que no tengan un compañero de su propia especie. Si usted cree que es la única compañía que su rata necesita, imagine cómo se sentiría si la única compañía que tuviese fuese su rata. A pesar de que ella sería un amigo leal, echaría de menos el contacto con otros seres humanos.
Hay excepciones. A veces hay machos con una producción excesiva de testosterona y no toleran ratas nuevas y algunas veces incluso rechazan a las ratas que viven ya en su grupo. Las ratas que son demasiado dominantes pueden castrarse. Esto detiene la producción de testosterona y, siempre que el comportamiento es resultado del exceso de testosterona, termina el comportamiento dominante. A veces, las ratas que no han sido socializados con otras ratas, o han tenido experiencias que los hacen muy nerviosos o defensivos, no se llevan bien con las otras ratas. Sin embargo, con tiempo y paciencia a menudo es posible su integración en un grupo.
Las ratas seguirán ligados de la misma manera al ser humano esten solo o con otras ratas.